“Sin duda, dado el poco margen que tienen las finanzas públicas en
México, la posibilidad de un menor precio en el petróleo representa una
amenaza significativa para mantenerlas en una senda considerada como
sana”, advierte la institución financiera.
Al considerar este escenario en el que el petróleo está a 36 dólares por
barril y un tipo de cambio de 21.10 pesos, una caída en el precio del
petróleo tiene un “efecto directo negativo en los ingresos petroleros
del gobierno, que pondrán una mayor presión en las finanzas públicas
para alcanzar el superávit primario contemplado en este año”.
Este impacto, aclara el banco, será compensado parcialmente por la
ganancia obtenida de la depreciación del peso y por aumentos en la
recaudación del IEPS en gasolinas, pues el precio internacional del
combustible bajará, pero localmente se quedará sin variación. Esto
permite que el gobierno aumente la recaudación del impuesto.
“El gobierno federal protegió parte de sus ingresos a través de
coberturas petroleras. Aunque Hacienda no especificó el volumen de
barriles (la información la reservó por cinco años), históricamente ha
rondado en promedio alrededor de 200-250 millones de barriles de crudo.
Actualmente, México exporta cerca de 460 millones de barriles de
petróleo, por lo que estimamos que cerca de 50 por ciento de las ventas
al exterior cuentan con el seguro de la cobertura”, mencionó.
Según los cálculos del banco, si el precio se mantiene en estos niveles,
el hueco fiscal total sería de 180 mil millones de pesos, pero se
reduciría a la tercera parte, debido a la recaudación del IEPS, que
alcanzaría 35 mil millones de pesos adicionales, misma cantidad que
obtendría el gobierno de ganancia por la depreciación del peso.
Al considerar estas cifras, CI Banco detalló que el faltante alcanzaría
60 mil millones de pesos en el presupuesto al cierre del año, lo que
representa seis por ciento de los ingresos petroleros estimados para
2020.